Pero ¿qué son y de dónde provienen los ovnis? Bueno, la respuesta no es sencilla; de hecho, si lo supiéramos, a estos objetos no se los llamaría ovnis. Y la razón es que los relatos y las explicaciones que abundan son tan variadas y aparentemente tan disparatadas que creer en una sola versión sería poner en riesgo la objetividad de nuestra visión del mundo.
Por esta razón, les pediré a los lectores mantener una mente abierta a las posibilidades de lo que este fenómeno podría realmente ser. Recordemos las sabias palabras de uno de los hombres más iluminados de la historia, Sócrates, cuando planteó “Solo sé que no sé nada”. Hace no menos de seiscientos años se creía que la Tierra, además de ser el centro del Universo, era una suerte de superficie plana cuyo borde precipitaría a los barcos hacia un vacío desconocido. Y hace menos de doscientos años la idea de volar era tan solo una fantasía, tal como lo es actualmente la idea de viajar a otros planetas o sistemas estelares.
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