lunes, 10 de agosto de 2015

SE DESCUBRIÓ QUE... ES PARMÉNIDES, NO HERÁCLITO

El mejor referente a la física cuántica es Parménides con su negación del movimiento. Presentado siempre como opuesto a Heráclito y su perpetuo devenir sintetizado en “Nadie se baña dos veces en el mismo río”, en Parménides encontramos resonancias del futuro, 25 siglos después: Roger Penrose, Stephen Hawking y el universo donde el tiempo y su decurso es una ilusión.



No conozco de forma directa a ninguno de los grandes pre-socráticos, de los que, por lo demás, quedan restos y citas de citas para expertos muy expertos. Mi entusiasmo lo despertó Arthur Koestler con Los Sonámbulos, una belleza cuya descripción es igual a re-escribirlo. Produjo el capítulo final de mi historia de la cuántica, ahora en Cal y Arena como Maravillas y misterios de la física cuántica: “El amanecer egeo”: la aventura humana iniciada en Jonia, y sólo en Jonia, hoy la costa turca del mar Egeo, que nos impuso el afán prometeico de explicar la Naturaleza por regularidades también naturales. Koestler la llama, con belleza insuperable: la fiebre jónica: podemos explicar el universo estudiando su orden interno. Carl Sagan es otro entusiasta de los jonios y su hallazgo: la ciencia.


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